Fuente: J.Arnau. DISRUPTORES. El Español.
El CEEIARAGON presenta una iniciativa pionera, a la que se dedicarán 120.000 euros y un sinfín de recursos colaborativos entre lo público y lo privado con el objetivo de hacer despegar empresas emergentes.
Innovación y negocio, dos mundos paralelos en cualquier ecosistema regional. Dos mundos paralelos, como en la historia de la archiconocida película norteamericana Matrix. Dos mundos paralelos que, aprovechando esta simbología (y el nombre), han dado como resultado un programa para ideas innovadoras promovido en Aragón: ‘matriX‘.
‘matriX‘ es un programa en el que el CEEIARAGON, con la colaboración del gobierno de la región, diseña un plan personalizado de impulso para cada proyecto, «con recursos técnicos disponibles, así como soluciones tecnológicas, servicios profesionales, o los relativos al apoyo para el desarrollo de negocio, sin olvidarnos de los típicos contenidos formativos, mentoring y networking«.
Javier Martínez, director CEEIARAGON, explica cuál es la principal diferencia con otros programas: «Es un plan mucho más avanzado, porque nos involucramos con recursos y además con apoyo en el desarrollo de cada negocio».
Y todo de una manera personalizada. Cada proyecto innovador requiere de algo y ese algo es lo que presta el CEEI, con la colaboración ya no sólo de la administración pública sino también de otras empresas, corporates, etc.
El requisito para las startups es fácil, sólo tienen que solicitar la entrada en el programa explicando en qué consiste el proyecto, cuál es el mercado al que se dirige y, «lo más importante, qué necesita de nosotros».
En este sentido, si el CEEI ve interesante la idea o el proyecto y ve que tiene capacidad para contribuir al crecimiento del mismo se le prepara un plan personalizado con una duración máxima de dos años.
Para este programa, basado en «la filosofía de impulsar», se ha previsto una dotación económica aproximada de 120.000 euros -10.000 euros por proyecto y año-, dotación que se suma a las otras posibilidades a impulso que ofrece el CEEI.
Martínez lo resume de manera gráfica: «La mayoría de programas te enseñan a hacer un pitch, nosotros te buscamos al inversor». Y así, con cualquier fase del desarrollo de negocio de una startup o proyecto disruptivo.
En definitiva, el triunfo de ‘matriX’ es el triunfo de los proyectos que impulsa. «Lo medimos en volumen de negocio, en número de empresas apoyadas y la tipología de empleos generados», indica el director del CEEI.
Y es ahí donde emerge un objetivo no menos importante que el impulsar proyectos innovadores, el de la atracción de talento. Y es que uno de los condicionantes para formar parte de este programa es que el proyecto esté radicado en Aragón.
En estos momentos, está abierto el proceso de recepción de solicitudes para entrar a formar parte de ‘matriX’.
Una de las empresas que quiere formar parte de este programa «sí o sí» es Omnivorus. Su CEO, Silvia Ruíz-Berdejo remarca que «no hemos encontrado un programa así en todo el país».
Tanto es así que esta startup ha decidido mudarse de Cádiz -donde nació- a Zaragoza, ya no sólo para aprovecharse del programa sino porque «aquí encontramos una ubicación perfecta y un ecosistema tecnológico idea para nuestro crecimiento«.
En su opinión, «tanto Aragón como Zaragoza tienen lo que necesitamos, en términos de conexión con otras empresas del sector y de los desarrollos tecnológicos existentes ahora mismo».
Sobre ‘matriX’, la CEO de Omnivorus destaca que «a una startup le viene muy bien la tutorización o la mentorización durante sus primeros meses, pero después lo que quiere es facturar, crecer, desarrollarse…». Y, en este sentido, Aragón es «el lugar adecuado».
«Queremos facturar y conectar»
Según destaca, la mayoría de programas que existen «ofrecen tutorizaciones», pero «nosotros lo que queremos es conectar y facturar, como quiere cualquier empresa emergente».
Esta empresa, por cierto, se dedica a la investigación encaminada a sustituir ingredientes y fórmulas contaminantes o nocivas en alimentación por nuevas fórmulas. Ruíz-Berdejo pone el ejemplo de su «chocolate que no es chocolate», sin grasas, sin cacao, sin azúcar… pero con la textura y el sabor de este producto.
No temen a la competencia que pueda haber en una comunidad autónoma como la aragonesa, que destaca por su potencial en industria agroalimentaria. «La competencia es crecimiento y además nuestro trabajo no sería posible sin aliarnos con terceros, por eso contar con la cercanía del ecosistema aragonés es muy importante para nosotros», concluye.
En otro sector, el logístico, opera otra startup que busca formar parte de ‘matriX’, Signos IOT. Esta startup opera en el campo del internet de las cosas y la inteligencia artificial y ha sacado una solución al mercado (con patente europea y global): un calzo inteligente para camiones que permite recopilar datos para mejorar la seguridad y estimar tiempos de descarga, etc.
Si Omnivorus opta al programa para buscar conexiones con otras empresas del sector y para estar cerca de la tecnología e investigación agroalimentaria que necesita, en el caso de Signos IOT, «buscamos resolver dudas sobre la producción, el desarrollo de negocio, planes de marketing…».
Lo explica el fundador y CEO de la startup, Jorge Ávila, quien reconoce también que «el enfoque de ‘matriX’ es el que necesitan empresas como la nuestra». Y añade: «Para nosotros este apoyo es fundamental».