BITBRAIN, empresa originaria de CEEIARAGON que combina la neurociencia con la inteligencia artificial, ha ingresado 400 mil euros del proyecto europeo Human Brain Project para avanzar en sus trabajos. Hace dos años, presentó un prototipo de coche con NISSAN en Japón y aunque la idea era compleja funcionó. El coche estaba conectado al cerebro del conductor a través de unos sensores y cuando el conductor mandaba la orden de frenar, el coche lo hacía. Esas décimas de segundo pueden ser vitales si alguien conduce a alta velocidad. María López, cofundadora y CEO de Bitbrain, explica que el uso de sensores que descifren nuestro cerebro puede tener un amplio desarrollo: «A día de hoy no podemos saber si la audiencia quiere tomarse un chuletón para cenar, pero sí podríamos saber si les está gustando esta entrevista», explica López. En su empresa utilizan tecnología no invasiva, pero reconoce que cada vez hay más personas invirtiendo en dispositivos que nos acerquen al transhumanismo. Es decir, mejorar las capacidades humanas mediante el desarrollo de todo tipo de tecnologías.
Pablo Lanillos trabaja para que los robots sepan reaccionar ante un imprevisto. Antes, ya consiguió que un robot se reconociera en el espejo. Ahora trabaja en el Intituto Donders para el cerebro, cognición y comportamiento. Sus experimentos con robótica ahora tendrán un nuevo impulso porque acaba de recibir 450 mil euros del Human Brain Project, un proyecto europeo que desde hace diez años permite que los investigadores avancen en neurociencia y computación. Su trabajo busca que las máquinas sean más seguras, al poder adaptarse a cambios para los que no están preparadas. Ahora un robot sabe hacer un trabajo de gran precisión en una cadena de montaje, pero tiene dificultades para adaptarse a situaciones complejas, como la interacción con humanos. «A las máquinas las programamos para hacerlo todo perfecto, mientras los humanos pueden errar», explica Lanillos.
Impacto en el empleo
El ayuntamiento de Barcelona ha probado ya a un androide para acompañar durante dos meses a personas que viven solas. El experimento fue un éxito, ¿pero puede sustituir ese androide a un cuidador? ¿Puede tener empatía? Lanillos cree que sí, que se podrá generar una ‘empatía sintética’, pero es consciente de que el debate de fondo es la destrucción de empleo y él no esquiva la pregunta. «Sé que en un futuro habrá que plantear una transición, pero la robótica que intentamos hacer es para mejorar la calidad de vida de las personas, no es para quitar trabajos. No veo una eliminación total de trabajos actuales», aclara Lanillos. De momento, la robótica es colaborativa: el robot pide ayuda al humano cuando no puede seguir y viceversa. Aun así, este investigador reconoce que a medida que las máquinas sean más autónomas serán más productivas, porque no requerirán de un operario que las manipule. Tanto López como Lanillos son conscientes de los dilemas éticos que plantea el campo en el que trabajan. «Hay muchos dilemas éticos que sería bueno que empezáramos a pensar, antes de seguir avanzando», explica López. Lanillos cree que ahora hay una mayor sensibilidad: «Antes hacíamos los algoritmos sin pensar en lo que podía venir después. Ahora se piensa en un dispositivo tecnológico, pero también a qué usuario va destinado. Siempre hay que hacer un estudio ético del impacto que puede tener en la sociedad».
Sobre Bitbrain
Bitbrain es una empresa de neurotecnología que combina neurociencia, inteligencia artificial y hardware para desarrollar avanzados equipos de EEG y otras tecnologías de monitorización humana, junto con soluciones software para aplicaciones e investigación del mundo real. De esta manera, Bitbrain ayuda a los profesionales de la investigación, la tecnología y la salud a aplicar la neurociencia de una manera práctica. La empresa que nació en el año 2010 en CEEIARAGON se ha convertido en una referencia internacional en neurociencia y neuromárketig.