El laboratorio I+D+i de Calanda abrirá con 13 empleos y 6 iniciativas a finales de 2025
El reciclaje, la creatividad, la movilidad, la innovación y la economía social trabajarán en red
El Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Calanda generará 13 empleos de calidad en los sectores del reciclaje, el retorno lumínico, la creatividad, la movilidad eléctrica, la innovación social y la ayuda a personas en riesgo de exclusión social.
Las cinco empresas y la asociación Las Cerezas que por el momento conforman este proyecto de Transición Justa visitaron ayer los bajos de la plaza de la Constitución en los que se implantarán a lo largo de 2025, una vez que las obras estén terminadas y el equipamiento instalado. Respaldaron la presentación en sociedad el alcalde de Calanda, Alberto Herrero; el subdelegado del Gobierno en Teruel, Enrique Gómez y el director del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón (CEEIARAGON) de Teruel, Antonio Martínez, entre otros.
Los actores que formarán parte de este hub de innovación quedarán agrupados en una plataforma empresarial de la que será partícipe el ayuntamiento como propietario de este laboratorio multisectorial de I+D+i.
En concreto, las empresas que invertirán en Calanda serán Solteco, dedicada a la investigación y desarrollo de procesos de reciclaje de plásticos para su transformación en perfilería y/o mobiliario urbano; Volvelux, que creará productos y soluciones basadas en la captación y retorno lumínico; Aglaya Creativos, dedicada a proporcionar soluciones creativas e innovadoras que se aplican en campañas de divulgación para satisfacer necesidades comerciales; LGM Factory, encaminada al diseño y construcción de vehículos eléctricos ligeros y/o de movilidad reducida; R2 Innovación, una cooperativa de trabajo asociado formada por diferentes profesionales especialistas en el desarrollo de proyectos de impacto social, medioambiental, cultural y educativo, con un componente de innovación y emprendimiento; y la Asociación Las Cerezas, que presta servicios de formación y empleo a personas en riesgo de exclusión social, que fabricará y comercializará los productos que lance el resto.
Este centro acogerá próximamente a otras empresas como Bipsa, de bioingeniería encaminada a la reeducación postural y la fisioterapia. El proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Zaragoza y el Colegio de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de Aragón, cuyos representantes quisieron darse cita también en la presentación del proyecto en Calanda.
Apoyado por el Miteco
El nuevo laboratorio está en fase de adjudicación y cuenta con una subvención de 425.000 euros del Instituto para la Transición Justa financiados con fondos europeos Next Generation para proyectos de infraestructuras ambientales, sociales y digitales en municipios afectados por la transición energética.
“Tenemos el dinero para poder empezarlo. Tenemos las empresas, el conocimiento y el apoyo de la Subdelegación del Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), para que ese laboratorio de I+D+i que llevamos impulsando desde el Ayuntamiento de Calanda desde hace ya más de dos años sea una realidad”, valoró Herrero. El regidor espera que, tras instalar el equipamiento –el consistorio ha pedido otros 200.000 euros al Instituto para la Transición Justa para este fin–, el centro pueda abrir a finales de 2025. El alcalde deseó que los desarrollos puedan culminar en industrias que se implanten bien en Calanda, el Bajo Aragón o la provincia de Teruel para generar riqueza y empleo.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno mostró su “satisfacción porque en la provincia tenemos mucho potencial” de investigación y empresarial. Alabó el “nivel técnico y de ingeniería” de las propuestas y animó a transformarlas en “valor añadido”.
Gómez indicó que la línea de ayudas para infraestructuras del antiguo plan Miner han propiciado este proyecto, dentro del ahora llamado Convenio de Transición Justa de Aragón que prácticamente incumbe en exclusiva a la provincia de Teruel. Calanda es uno de los 34 municipios concernidos y uno de los adjudicatarios de la última convocatoria de subvenciones para entidades locales, de las que Aragón cogió el 9,1% del total de España pese a tener solo el 2,5% del censo.
En los últimos cinco años, “desde el ITJ se ha ayudado a 65 proyectos empresariales en la provincia y 43 dirigidos a ayuntamientos”, números “importantes” y más para Calanda, que ha captado “más de 1,5 millones en ayudas”, resaltó Gómez.
El ITJ resolverá la próxima convocatoria de ayudas a infraestructuras, dotada con 25 millones de euros (89 la anterior) en los próximos meses.
Maite Torres tira del carro
La polifacética gerente de Asampe Bajo Aragón y la asociación Las Cerezas que brinda oportunidades laborales a personas con enfermedad mental, Maite Torres, tiene buena parte del mérito de que el laboratorio vaya a ser una realidad. “En 2021 vimos la necesidad de abrir el abanico y decidimos crear otra entidad social para personas en riesgo de exclusión social. Decidimos que el proyecto tuviera un sentido y que no quedara en itinerarios de inserción sin tener oferta. Han sido tres años de esfuerzo pero estamos consiguiendo colaboraciones con empresas del territorio y de fuera con proyectos de innovación”, valoró la promotora.
Una de las empresas con las que ya trabaja Las Cerezas es Solteco. Según explicó su responsable, José Vicente Sainz, se dedican a la transformación de residuos plásticos en madera plástica que adopta formas de mobiliario urbano, de infraestructuras o elementos de vivienda sostenibles.
También está previsto que recurra a Las Cerezas LGM Factory, dedicada a la fabricación de vehículos que favorecen la movilidad de personas con discapacidad física, tales como triciclos eléctricos, quads o scooters adaptados a las necesidades del cliente. Uno de ellos es el rapero El Langui.
Por parte de R2 Innovación, Iván Reche explicó que son una cooperativa dedicada al desarrollo de proyectos de innovación social con impacto medioambiental, cultural y educativo, dentro de la economía social. Hacen labor de asesoría y oficina técnica. Se vinculan con la despoblación y los colectivos vulnerables. “El entorno rural puede ser un nuevo pulmón, oxígeno para convertir problemas en retos y generar proyectos” como el laboratorio de Calanda, apuntó.
Alonso Blaya, responsable de Bipsa, mostró su interés por seguir desarrollando, también desde Calanda, sistemas de análisis postural biomecánico para la prevención de patologías en niños y a nivel deportivo.
Formación a la carta
Fernando Blaya, profesor e investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, puso el acento en la formación “de primer nivel” aplicada a las necesidades de empresas especializadas, y destacó que “la marca Calanda” tiene un “atractivo y un patrimonio excepcional”. Alabó la “coherencia” de las administraciones que posibilitan este proyecto.
Por último, el director de la sede de Teruel del CEEIARAGON, Antonio Martínez, subrayó las ideas que llegan al mercado y generan negocio. “Hay muchos centros tecnológicos, pero si no conseguimos que las empresas realmente desarrollen negocio, lleguen al mercado y sean sostenibles a medio y largo plazo no conseguiremos nada”, resumió.