Embou se emancipó en el año 2009 de CEEIARAGON y desde entonces se ha consolidado como la operadora aragonesa líder en red de acceso a banda ancha en Aragón y zonas limítrofes. Su filosofía es inédita en su sector, trabajando por y para el entorno rural, apostando por territorios olvidados por otros proveedores y colaboradores locales.
PREGUNTA: Desde sus orígenes, hace más de 20 años, Embou siempre ha estado cerca del territorio aragonés. ¿Cuál es a día de hoy su presencia?
RESPUESTA: A día de hoy tenemos cobertura en el 98% del territorio en cuanto a banda ancha y en más del 80% en cuanto a telefonía móvil 5G. Esto se traduce en que la banda ancha, ya sea por fibra óptica o tecnología inalámbrica, llega a más de 1.200 núcleos de población y a más de 100.000 clientes que van desde particulares a instituciones públicas y también empresas.
P: ¿Qué servicios acerca Embou a estos clientes?
R: Embou nació como una empresa de servicios de telecomunicaciones, principalmente de conectividad a internet y telefonía fija y móvil, pero fruto de los avances tecnológicos estamos evolucionando hacia una empresa de servicios digitales. Con ello, a los particulares les ofrecemos servicios de valor añadido y a la oferta convergente de fibra óptica y telefonía fija y móvil, se añaden servicios como la televisión y contenidos con plataformas de terceros, o alarmas a través de una alianza con la empresa de seguridad líder como es ADT. Mientras, en cuanto a instituciones y empresas nos estamos enfocando en servicios digitales, servicios de ciberseguridad, que son muy demandados y muy necesarios; en la creación y desarrollo de redes privadas; la parte de servicios cloud en la nube… Y también, muy importante, estamos haciendo proyectos de smart cities o smart villages, en este caso basados en la tecnología IoT, y aquí estamos colaborando con diversos municipios e instituciones tanto en el asesoramiento técnico como en la parte de implantación en proyectos destinados a turismo inteligente, turismo sostenible, movilidad, etcétera.
P: Pese a esta amplia presencia que ya tiene Embou, en abril Meinrad Spenger, consejero delegado de Masorange, anunció inversiones de más de 100 millones de euros en Aragón en los próximos 3 años. ¿Hacia dónde se van a dirigir estas inversiones?
R: Así es. Con la reciente creación de Masorange ha nacido un grupo para liderar el mercado de las telecomunicaciones a nivel nacional y esto requiere diversas patas: una pata de innovación, otra de liderazgo en talento, en impacto positivo y, por supuesto, en clientes, y otra pata muy fuerte en inversión. En el caso de Aragón está cifrada en unos 100 millones de euros y está destinada principalmente a la fibra y al 5G. ¿Qué quiere decir esto? Pues que pese a que la presencia de banda ancha de Embou en el territorio llega casi al 98%, aún queda un 2% e localidades en las que desplegar la última tecnología de acceso a internet. Y en cuanto a la conectividad móvil 5G, que es la nueva revolución industrial, queremos hacerla llegar al entorno rural y también a los entornos empresariales, para facilitar la automatización de procesos y la robotización de muchas industrias.
P: Embou nació como una start up y no sé si por convicción o por sus propias raíces, brindan su apoyo a los emprendedores rurales a través de distintos programas. ¿Por qué son importantes este tipo de iniciativas?
R: Consideramos que cuando algo está empezando, cuando un emprendedor está en sus inicios, necesita apoyos, sobre todo en ciertos territorios, como en los rurales, donde quizá establecer sinergias o establecerse con un negocio es algo más complicado. En Embou nos consideramos un actor importante del territorio y nos gusta apoyar el talento con iniciativas como Rural Emprende, con Fundación Caja Rural de Aragón, que ayudan a vertebrar el territorio, a asentar los negocios y, por lo tanto, a la población en el entorno rural, que es algo que cumple perfectamente con nuestra misión como empresa.
P: Esa misión de la que habla tiene un componente social que se materializa en convenios como el que acaban de firmar con entidades como Atadi.
R: Creemos que nuestra labor ha de ir más allá de ser meras sociedades mercantiles. En Embou pensamos que somos un agente social, que tenemos que aportar algo a la sociedad porque recibimos mucho de ella. Además de con Atadi, ahora estamos impulsando acuerdos con diferentes asociaciones como Alcer Ebro, que son enfermos de riñón; con la Fundación Seur para la recogida de tapones en todos nuestros puntos de venta; o con la Fundación Stop Sanfilippo, de pacientes con esta enfermedad rara, y en este caso recogemos terminales obsoletos para recaudar fondos y aportar a esta causa. Luego también pues tenemos convenios con diferentes asociaciones de comerciantes o de empresarios, como la Asociación de Jóvenes Empresarios o Cepyme, asociaciones de turismo y comercio… Y también fomentamos el deporte apoyando a diferentes clubes de base y de élite, así como ciertos eventos deportivos. Participamos en unas 70 iniciativas al año entre actividades deportivas, sociales y culturales.
P: Embou también ha desarrollado programas dirigidos a estudiantes con dificultades de adaptación o de capacitación digital de mujeres. Háblenos de esta vertiente social de la tecnología
R: En Embou y Masorange tenemos el propósito de reconectar a las personas poniendo la tecnología al servicio de la mejor experiencia del cliente. Eso por un lado, pero por otro tenemos la visión de ser líderes del mercado en satisfacción, talento y, sobre todo, en impacto positivo en la sociedad. Por eso, conscientes de que hay una brecha digital, ya no solo de acceso, sino de conocimiento, estamos haciendo este tipo de iniciativas de capacitación o formación digital dirigidas a colectivos como pueden ser personas riesgo de exclusión, las personas mayores con dificultades para relacionarse con la tecnología y promoviendo aulas digitales para formación, por ejemplo, de personas con autismo. También estamos elaborando decálogos y divulgación, fomentando el uso responsable de la tecnología.
Fuente: El Periódico de Aragón