Fuente: El Periódico de Aragón
Lorena García 04 OCT 2024 7:01
En el foro organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, empresas y organismos referentes en la comunidad presentaron sus innovadores modelos de negocio y compartieron sus prácticas ejemplares en materia de sostenibilidad
Sobre todas estas cuestiones se articuló el foro informativo organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, en el que representantes de centros de investigación y de diferentes empresas de referencia de la industria aragonesa expusieron sus puntos de vista sobre la situación del sector y el futuro de la sostenibilidad.
En el coloquio, moderado por el periodista Sergio H. Valgañón, participaron Raimundo García-Figueras, CEO de Ariño Duglass; Ignacio Giménez Baratech, CEO de Ebroacero; Carmelo Heras, CEO de Feltwood; y Pedro Yus Novella, responsable del programa Resource del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEIARAGON).
Los ponentes iniciaron la charla explicando el carácter sostenible de los modelos de negocio que siguen y cómo están viviendo esos procesos de adaptación en cada empresa para cumplir con las normativas. En el caso de Feltwood, se trata de una startup que desarrolla tecnologías que permiten producir materiales industriales biodegradables a partir de residuos vegetales. Carmelo Heras, CEO de Feltwood, afirmó que cuentan con unos treinta residuos vegetales identificados, como la cáscara de naranja que queda después del zumo, o la pulpa de remolacha después de extraerle el azúcar. «A ese residuo que no quiere la industria alimentaria, le damos la vuelta y con él hacemos un material que tiene unas características físicas que están entre el plástico y el cartón, que puede volver a generar producción y además es compostable», explicó. Al haberse creado en el 2016, «Feltwood ya nació con un objetivo muy claro de sostenibilidad, no hemos tenido que hacer una reconversión porque ya lo tenemos dentro del ADN», puntualizó Carmelo Heras.
Por su parte, Ebroacero es una empresa de fundición de acero, cuya materia prima principal es la chatarra, y en la que el reciclaje está a la orden del día desde hace ya 60 años. Aun así, «sigue siendo una empresa que, además de generar una considerable cantidad de residuos, implica una gran inversión económica para su correcta gestión», comentó Ignacio Giménez, CEO de Ebroacero. En este contexto, quiso destacar que «el objetivo estratégico de la empresa es transformar residuos enviados a vertederos en subproductos comercializables, buscando optimizar recursos y promover un modelo de negocio sostenible. Aunque el proceso será largo y complejo, requiere colaboración con centros tecnológicos. Por ello, estamos avanzando en la exploración de nuevos mercados y en la aceleración de estos procesos», afirmó el CEO de Ebroacero.
«Lo primero que hay que cambiar es la mentalidad de las personas, sobre todo en cuanto a la clasificación de desechos»
Por su parte, Ariño Duglass es una empresa con más de 70 años de historia, dedicada a transformar el vidrio plano. «Cogemos el vidrio que viene de las fundiciones de los grandes fabricantes de vidrio, lo cortamos y lo transformamos en un vidrio que se pueda poner en una ventana o en un muro cortina, en una fachada o en una ventana de tren o de barco, que es donde también estamos ahora mismo», explicó Raimundo García-Figueras, CEO de Ariño Duglass.
Mientras, el CEEI se posiciona siempre a la vanguardia con proyectos que se caracterizan por su carácter sostenible. Pedro Yus, responsable del programa Resource –un proyecto del CEEI que tiene que ver con la economía circular y en el que están empresas como Feltwood–, puso algún ejemplo de ello. «Estamos trabajando en un proyecto muy interesante para ampliar el foco de reciclabilidad de las placas solares; también tenemos una fundición que está focalizada en la gestión de cualquier residuo a través de un nuevo modelo de negocio con una vinculación contractual con empresas proveedoras, a las que después va a devolver las piezas que se han utilizado para tratar de recuperar lo que antes era un desecho». Pedro Yus confesó que hay proyectos que están aportando «aspectos muy novedosos e innovadores sobre residuos y materiales muy complejos de aprovechar».
Proyectos viables
Tal y como expresó Raimundo García-Figueras, en Ariño Duglass se preocupan por la sostenibilidad, y entienden este concepto como «generar la riqueza actual sin comprometer a las generaciones del futuro», pero hizo hincapié en que la sostenibilidad «incluye mucho más» y no se debe confundir con reciclabilidad, pues tiene que ver con lo ambiental pero también con lo económico y lo social. «En nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible implicamos mucho a las personas; hemos pasado de 100 a 180 trabajadores y tenemos un plan para llegar a 350», sostuvo Raimundo García-Figueras sobre la pata de sostenibilidad social.
Sin duda, la importancia de la rentabilidad económica fue una de las ideas protagonistas con la que los cuatro ponentes estuvieron totalmente de acuerdo. El CEO de Ariño Duglass aseguró que «la sostenibilidad no se entiende sin que haya también rentabilidad». También Pedro Yus se sumó a la misma reflexión asintiendo que la sostenibilidad económica es la razón de ser de una empresa porque «dicta la pervivencia de la compañía y de un proyecto».
«Para mí la sostenibilidad es generar la riqueza actual sin comprometer a las generaciones del futuro»
Carmelo Heras expuso que hay algunos proyectos muy interesantes para sustituir productos por otros innovadores con mejores características, pero si el coste de producir el nuevo producto es mucho mayor «nunca va a funcionar». Por ello, aseveró que es necesario que el producto no solo sea mejor desde un punto de vista de sostenibilidad, sino también económicamente viable.
Adaptación constante
En estos años de cambio, las empresas y organismos públicos se han ido adaptando a los nuevos requerimientos en materia de sostenibilidad. Para llevar a cabo este proceso, además de tener en cuenta la viabilidad económica, los ponentes coincidieron en la importancia de hacer pedagogía con estos valores, formar y ejemplificar. «La sostenibilidad en las empresas se fundamenta en la capacidad de adoptar prácticas responsables que no solo minimicen el impacto ambiental, sino que también fomenten un cambio de mentalidad de nuestros trabajadores. Es crucial promover esta cultura», expuso Ignacio Giménez, y añadió que, para Ebroacero, también es esencial «ir cambiando equipos para generar un menor impacto en el medio ambiente y mejorar su gestión».
Ignacio Giménez también aseguró que algo que les ayuda en este proceso de adaptación es seguir a sus clientes y aprovechar esa relación. «Contamos con clientes que están a la vanguardia, y si no te mantienes al mismo nivel, corres el riesgo de ser eliminado de su lista de proveedores», incidió. Carmelo Heras se mostró de acuerdo con esta idea. «Las grandes empresas son las que están liderando este deseo de cambio y lo están impulsando y obligan a sus proveedores a actuar en consecuencia», comentó.
Además de cambiar la mentalidad de la gente, para Ariño Duglass, «lo más importante es llevar a cabo investigación y desarrollo», dijo Raimundo García-Figueras; dos conceptos que aseguró que diferencian a la compañía desde el punto de vista de la sostenibilidad. El CEO de Ariño Duglass también insistió en que la sostenibilidad en Aragón «es más una oportunidad que una amenaza» al tratarse de una comunidad eminentemente industrial que cuenta con muchas capacidades.
En Ariño Duglass también la ven como una oportunidad para su compañía al aportar, dijo García-Figueras, «más calidad también desde el punto de vista de la sostenibilidad», y por trabajar en un mercado que implica tanto el I+D+i. Puso como ejemplo de ello su proyecto Sunrise, de ciudades europeas limpias en el que están Estambul o Zaragoza. «En Zaragoza hemos diseñado un barrio limpio en el Actur, que es un edificio de viviendas limpias que está monitorizado, con una guardería y un colegio; de manera que con el vidrio vemos cómo podemos influir para que todo el conjunto de emisiones sea cero». Eso es la sostenibilidad para Ariño Duglass, «seguir esos indicadores, hacer los cambios que se tienen que hacer internamente y luego apostar continuamente por la innovación y la investigación».
Del mismo modo, para Carmelo Heras, sin investigación y desarrollo no puede haber innovación en la sostenibilidad; aunque para el CEO de Feltwood, dentro del ecosistema de la innovación y la empresa, la realidad es que pocos proyectos llegan a funcionar.
Apoyo desde la Administración
En este contexto, es sustancial la influencia de la Administración. El CEEI cuenta con una trayectoria de más de 30 años apoyando proyectos innovadores que han llegado tan lejos como por ejemplo Embou o Certest. Pedro Yus declaró que el CEEI se encuentra en un proceso de cambio en el que van a disponer de más medios, para poder apoyar «más y mejor». «Ahora mismo estoy muy focalizado en el programa europeo Resource, con el que buscamos financiación privada e incluso desarrollar una metodología sobre cómo financiar con recursos privados, pero también acompaña en otros muchos aspectos», desveló el responsable del proyecto, quien contó que van a tener nuevos espacios para ubicar startups, como en el edificio Etopia, y van a proporcionar recursos y apoyo técnico a las empresas. Pedro Yus aseguró que la sensibilidad de la Administración ahora mismo está en «tratar de buscar proyectos con un carácter innovador y con la sostenibilidad como base de valor futuro, y apoyar sobre todo a los que tengan visos de viabilidad económica».
Carmelo Heras destacó el doble papel que juega la Administración, tanto para ayudar a las empresas en el proceso de investigación como en la labor de legislar y obligar a que se den los cambios. También aprovechó para hablar de la diferencia entre ser realmente sostenible o parecerlo e introdujo el concepto del greenwashing o ‘lavado verde’ en español, que consiste en parecer ecológico aunque no se sea. El CEO de Feltwood puso como ejemplo los cubiertos de plástico desechables. «Estos cubiertos están prohibidos en España, pero se venden porque ahora los hacen con más plástico y son más resistentes y reutilizables, pero la realidad es que la gente los usa y los tira a la basura», lamentó Carmelo Heras.
Peticiones comunes
Por su parte, el CEO de Ariño Duglass, Raimundo García-Figueras, aprovechó para solicitar a la Administración mayor rigidez con el cumplimiento de los Códigos Técnicos de la Edificación. «La sostenibilidad es satisfacer necesidades actuales desde el punto de vista social, económico y ambiental, pero muchas veces en el resto de la cadena de valor no se está cumpliendo el código técnico, y tenemos que jugar todos con las mismas cartas». También pidió la ayuda de la Administración desde el punto de vista legislativo, para evitar que el mismo producto venga desde otros mercados sin ningún protocolo y con una diferencia económica elevada.
Con esto último estuvo de acuerdo Ignacio Giménez, quien demandó que la legislación sea aplicable a todo el mundo porque importar productos que no tienen los requisitos que tenemos aquí, los posiciona «en una desventaja absoluta». El CEO de Ebroacero confesó que la legislación europea es «cada día más estricta» y el coste que suponen los indicadores para saber de dónde parten y hasta dónde tienen que llegar son muy elevados. Además, puso sobre la mesa la dificultad para controlarlo todo en una empresa y la necesidad de tener muchos colaboradores y apoyarse en los centros tecnológicos. «Ahí es donde la Administración sí que podría apoyar más para que los centros tecnológicos ayuden a las industrias que no tenemos esos departamentos de I+D ni podemos hacer tantos ensayos ni pruebas», defendió Giménez.
Carmelo Heras insistió en que, a pesar de que todavía no hay tantas ayudas como en otros países, en España hay «mucho progreso» para apoyar la I+D y han aparecido algunas líneas «muy innovadoras» de ayuda a las empresas y a la investigación. Con esto se mostraron de acuerdo el resto de ponentes; al mismo tiempo que Raimundo García-Figueras e Ignacio Giménez incidieron en la estabilidad que viene ofreciendo el Gobierno de la comunidad aragonesa al sector industrial desde los últimos años.
«Hay proyectos que están aportando aspectos muy novedosos sobre residuos y materiales muy complejos de aprovechar»
Concienciación social
Raimundo García-Figueras defendió la responsabilidad de la sociedad civil. Como ejemplo de Ariño Duglass, habló de la ventana que han desarrollado con vidrio 100% reciclable. «Todo lo que sobra del vidrio que usamos va directamente al horno de Tudela y producimos un nuevo vidrio con una huella de carbono muy baja, por lo que la gente que compra estas ventanas también tiene su conciencia social y nuestro marketing se apoya en eso», ejemplificó el CEO de la compañía. Además, se mostró defensor de la unión y el refuerzo de la triple hélice, compuesta por la Administración, la empresa y la Universidad de Zaragoza, y definió a esta última como «una de las grandes ventajas que tenemos en Aragón».
A su vez, Pedro Yus afirmó que los políticos han entrado a legislar en el debate de la sostenibilidad porque hay una «presión mediática tremenda» y se han adoptado muchas soluciones «contraproducentes y forzadas por una legislación que encima no es homogénea».
Visión de futuro
Para finalizar la charla, los ponentes compartieron sus próximos proyectos y su visión de futuro. En el caso de Feltwood, Carmelo Heras dijo que se centran en el reto de empezar la fabricación a nivel industrial de su «ecomaterial», de forma viable y rápida porque hay muchas otras empresas buscando soluciones parecidas. Por su parte, Ignacio Giménez afirmó que en Ebroacero van a seguir trabajando la sostenibilidad en todos los aspectos, pero lo que más les preocupa, aseguró, es el tema de la energía. «La electricidad para nosotros es básica y hay mucha incertidumbre; queremos un mercado estable con un precio base», solicitó.
Mientras, Pedro Yus manifestó que el CEEI va a poner el foco en que los proyectos tengan estabilidad. «El reto es trasladar esa innovación que tratan de fomentar a proyectos que tengan viabilidad económica como futuras empresas, que ganen dinero y que generen riqueza en Aragón», insistió. Además, el responsable del programa Resource comentó que ahora el CEEI cuenta con unas hectáreas en sus proximidades en las que va a desarrollarse un parque tecnológico desde la Administración.
Carmelo Heras, CEO de Feltwood, aseguró que su perspectiva de futuro es que «vamos a tener sostenibilidad para años». «Creo que es un concepto que ha venido para quedarse y que dentro de un tiempo ya se dará por hecho», añadió.
Raimundo García-Figueras se mostró en total acuerdo con esta afirmación. «El concepto de sostenibilidad no solo creo que va a quedarse sino que va a ir a más, porque complementa la idea de la sociedad civil, de que todos queremos un mundo mejor y depende de cada uno de nosotros», expresó. «Pero todos tenemos muchas cosas que hacer para que esto llegue», dictó el CEO de Ariño Duglass. Además, se mostró convencido de que los ciudadanos queremos que la sostenibilidad vaya más, porque entendemos que los costes que va a tener ahora mismo para los que lo estamos asumiendo son inferiores a los beneficios que va a tener para las generaciones futuras, algo que, dijo, «es lo más importante».
«En cuanto al futuro, creo que vamos a tener sostenibilidad para años, es un concepto que ha venido para quedarse»
En línea a esta visión de futuro con la sostenibilidad, la industria aragonesa va a seguir trabajando intensamente en el desarrollo de proyectos innovadores que garanticen una viabilidad económica al mismo tiempo que la Administración se reserva la tarea de ayudar e impulsar a las empresas que, como Ariño Duglass, Ebroacero y Feltwood, son grandes ejemplos de buenas prácticas en esta materia.