El secreto mejor guardado en los Pirineos: el laboratorio de la nueva inteligencia artificial
Castejón de Sos alberga la startup ‘The MindKind’ dedicada a la investigación tecnológica
Los Altos es una ciudad que fue fundada en 1952 en el estado de California. A pesar de tener raíces agrícolas, este núcleo en el extremo oriental de Silicon Valley es, desde hace décadas, una ciudad dormitorio, uno de los que podría ser el blanco perfecto de cualquier reality de reforma de viviendas. Precisamente allí, en 2006, en el número 2066 de la calle Crist Drive, cuenta la leyenda que un todavía desconocido Steve Jobs consiguió crear el primer ordenador Apple. Fue, para más señas, en el oscuro garaje de un adosado al más puro estilo americano.
En un escenario hipotético: ¿qué hubiera pasado si el bueno de Steve hubiera tenido su garaje en medio de un paraíso natural, cerca de la montaña y lejos del asfalto y las distracciones de lo urbano? Nunca lo sabremos.
Sí podremos preguntárselo a Mario Garcés, creador de la startup ‘The MindKind’, adscrita a los servicios CRECE de CEEIARAGON dedicada al desarrollo de un nuevo tipo de inteligencia artificial desde Castejón de Sos (Huesca, 805 habitantes), en pleno corazón del Pirineo aragonés. “La calidad de vida aquí es excepcional”, dice sin dudar.
Este empresario madrileño dedicado a la informática lo descubrió en 2003, cuando decidió dar un giro radical a su vida: vendió su empresa en la capital de España y se trasladó al valle de Benasque. En aquel momento, a pesar de que los sinsabores de la crisis económica de 2008 frustraron su nuevo proyecto laboral, Garcés sí tuvo claro que había encontrado su nuevo hogar. “Me quedé viviendo en el Pirineo y haciendo investigación, entonces mi trabajo durante muchos años se convirtió en irme a la montaña a pensar. Cuando pruebas eso, pensar en un entorno natural privilegiado y tranquilo, te das cuenta de que puedes alcanzar cotas de pensamiento que solamente lees en libros de filosofía. Por eso era imposible que yo me fuera a vivir a otro sitio que no fuera la montaña”. Fue en aquellos años cuando Mario entró en el mundo de la investigación en neurociencia, que fue la que le llevó a fundar ‘The MindKind’ con la que ahora pretende revolucionar el campo de la IA.
Cambiar el mundo
El equipo de ‘The MindKind’ podría cambiar el mundo desde Castejón de Sos. Lo harán si consiguen alcanzar su objetivo: conseguir que una máquina sea capaz de adquirir todos los conocimientos y capacidades de un ser humano. El desafío plantea, incluso, que ese nuevo ente tecnológico llegue a hacerse preguntas esenciales a sí mismo y dude de si es una máquina o un humano.
Para hacerlo posible, el equipo de Garcés trabaja en un ‘motor compartamental’, un software o programa informático que sea capaz de procesar la información y de aprender de forma distinta a cómo lo hace la IA actual, conocida como ‘Inteligencia Artificial Estrecha’, que es la artífice de aplicaciones tan populares como Chat GPT. De forma sintética, podríamos decir que su funcionamiento es muy similar a los reflejos de un ser vivo: “es un sistema que, una vez entrenado, funciona muy bien: es muy rápido, muy eficaz y muy eficiente en el consumo de recursos para hacer una única tarea”, explica Garcés. Su desafío, sin embargo, es que esa capacidad de aprendizaje de la tecnología sea más rápida y su funcionamiento se asemeje al de un cerebro humano.
“Por ejemplo, cuando tú aprendes a jugar tenis, necesitas bastante tiempo para aprender cómo coger la raqueta, cómo colocarte, doblar las piernas, en qué momento dar el golpe. Todo eso lleva mucho tiempo y sería parecido al entrenamiento de la inteligencia artificial estrecha actual. Sin embargo, el aprendizaje cognitivo no requiere ese proceso de aprendizaje. A un niño tú le enseñas a meter la estrellita en el dibujo adecuado y a los dos o tres intentos ya lo ha conseguido”. Y ese es el proceso que la startup quiere replicar. “Es la vanguardia de la investigación porque el cerebro humano es lo más complejo que conocemos en el universo”, sentencia.
«Es un desafío fascinante y un reto técnico increible. Por el otro lado, a nivel humanista, es una verdadera aberración»
Su investigación, para la que cuenta con el apoyo del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) y con financiación del programa Neotec del CDTI, entidad pública dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, podría dar a luz a toda una revolución, pero también implica un serio debate ético y moral. “Es un desafío fascinante y un reto técnico increíble. Por el otro lado, a nivel humanista, es una verdadera aberración. Para mí es un tema que no es baladí, no es un tema que pase de puntillas”. Sin duda, entornos como la Ermita de San Marcos, el Mirador de San Llorens o el camino del Solano habrán sido testigos de intensos debates internos sobre el futuro de la humanidad.
“A mí me gustaría empezar aplicando esta tecnología en entornos donde no tenga que competir ni pueda hacer daño a los seres humanos. Hay un proyecto muy bonito al que estamos intentando darle forma que es generar robots totalmente autónomos para enviarlos a explorar entornos extraterrestres como la superficie de la Luna o a Marte”, cuenta con ilusión.
Equipo de/en altura
Por el equipo de ‘The MindKind’ han pasado profesionales con perfiles muy variados. “Sobre todo ingenieros informáticos y electrónicos. Luego hemos tenido una psicóloga, un chico que es desarrollador de videojuegos y de entornos virtuales o una ingeniera electrónica con máster en biomedicina. Ahora vamos a incorporar un físico matemático y luego la idea es encontrar un neurobiólogo o neurobióloga y desarrolladores de ingeniería de software. “La vida aquí es muy bonita, la gente viene y le encanta. Pero claro, luego cuando llega noviembre y a las 5 de la tarde es de noche y todo el mundo está en su casa, si no tienes un ambiente social y no te has integrado es difícil. Aquí no hay cines, no hay centros comerciales, tiene que que gustarte mucho vivir en la montaña”, reflexiona Garcés.
Otros, en cambio, sí han encontrado en este entorno unas condiciones óptimas para el desarrollo de su actividad intelectual. “La empresa está planteada pensando en la calidad de vida de las personas”, defiende el director de la startup, que cuenta: “tenemos jornada intensiva todo el año, con lo cual las tardes las tenemos libres. Y aunque parezca una tontería, cuando están haciendo trabajo como el nuestro, no se trata de estar siempre delante del ordenador, pensando y resolviendo problemas. Normalmente, te vas a casa y te llevas ese problema a casa. Entonces, mis compañeros, alguna vez me han comentado que estando por la tarde, estando en casa pero también dando un paseo por el campo o haciendo deporte es cuando les ha venido la chispa”.
Es allí, en un lugar que nada tiene que ver con Los Altos, o con otros espacios de futurismo clásico, como el distópico Los Ángeles de Blade Runner, es en Castejón de Sos donde la innovación y el progreso se dan la mano. La revolución tecnológica viste calzado de montaña.